jueves, 3 de noviembre de 2011

LA DERMATITIS ATOPICA

En los últimos años han aumentado los casos de alergias y reacciones cutáneas. La dermatitis atópica es una de la más conocidas pero por ello no deja de ser una enfermedad compleja que todavía se sigue estudiando sus causas.
Lo que sí sabemos es que la dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel y que cuyo principal síntoma es el pico de una intensidad tal que los pacientes pueden difícilmente evitar el rascado.
Actualmente se estima que en España afecta alrededor del 10% de la población. Se cree que puede existir relación entre este aumento y factores externos como son los contaminantes ambientales pues, en los últimos años, se ha visto agravado el número de personas que padecen algún tipo de alergia a determinados componentes químicos que nos podemos encontrar con facilidad en cualquier producto textil, champú o gel de baño, body milk, etc...
Al contrario de lo que mucha gente cree no es contagiosa pero si existe un alto componente hereditario. Si uno de los padres la padece, la posibilidad de que su hijo la presente es del 40% y si son los dos progenitores, esta posibilidad se eleva al 80%.
Los pacientes con dermatitis atópica tienen una piel extraordinariamente sensible a estímulos externos como la sudoración, a cualquier irritante químico, la temperatura ambiental o incluso a algunos gérmenes. Ante estos estímulos determinadas células que se encargan de la defensa de la piel (fundamentalmente los linfocitos) se estimulan y provocan varias respuestas. Por una parte, hacen que se liberen sustancias que desencadenan el picor y la inflamación y por otra alteran la epidermis, que es la capa superficial de la piel. Los queratinocitos, las células que componen la epidermis, se renuevan más rápidamente de lo normal y las grasas de la superficie cutánea sufren un cambio que provoca la pérdida de agua, manifestándose la intensa sequedad que presentan las personas con dermatitis atópica.
Algunos consejos que pueden ayudarnos es, elegir preferiblemente un ambiente no excesivamente caluroso para evitar la sudoración; evitar la sequedad o la humedad del niño pues la baja humedad en los meses de invierno y el uso de calefacciones incrementan la xerosis y el prurito, causando alteraciones en el sueño nocturno. Pueden ser útiles los humidificadores aunque deben ser utilizados con precaución pues estos aumentan el riesgo de colonización por hongos; la ropa es el elemento que nos protege de las posibles irritaciones y del rascado. Se recomienda el uso de prendas ligeras 100% algodón y evitar la lana y las fibras sintéticas, así como las texturas rugosas, ásperas y las prendas oclusivas que favorezcan la sudoración; y por supuesto hidratar mucho la piel.
Hasta ahora los cuidados de la piel eran a base de crema y medicamentos pero en la actualidad y en el ámbito de la salud se están aplicando los denominados nuevos textiles. Estos son bifuncionales, inteligentes, ecológicos y técnicos. Son una nueva revolución en el cuidado de la piel. La finalidad de los  llamados textiles técnicos se basa en interactuar junto a las prescripciones médicas en la prevención y tratamiento de enfermedades dermatológicas. La industria textil está trabajando en colaboración con institutos tecnológicos, universidades y hospitales para desarrollar nuevos productos útiles para la salud y que además no dañen el medio ambiente.

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