martes, 28 de junio de 2011

ADIOS AL PAÑAL

Llegan las vacaciones, el sol, calor... y muchos padres decidimos este momento para poder retirar el pañal a nuestros hijos. Nuestra psicóloga Carolina Santamaría nos da una serie de pasos a seguir para saber cuando nuestros hijos están preparados para ese momento.

El momento de quitar el pañal es a la vez deseado y temido por la gran mayoría de  los padres. Sin duda exige un esfuerzo por parte de todos: niños y adultos, pero el fruto de un proceso de enseñanza adecuado será doble: independencia para el niño y comodidad para los padres. Merece la pena saber cómo ayudar a nuestros hijos en esta etapa tan importante de su camino hacia la autonomía.
Si nos preguntamos cuál es el mejor momento para comenzar el entrenamiento en el control de esfínteres, la respuesta es que cada niño es diferente. Pero hacia los dos o dos años y medio es una etapa en la que las probabilidades de éxito son mayores. Lo  importante es que  el niño esté motivado y los padres cargados de paciencia.  La mejor época del año es primavera-verano, para evitar resfriados con los escapes ocasionales de orina que sin duda ocurrirán.
Desde pequeños los niños aprenden por imitación multitud de conductas. Conviene dejarles que vengan al baño con nosotros y explicarles qué hacemos, mostrarles cómo nos limpiamos y  tiramos el papel, dejarles que  tiren  de la cadena para que se familiaricen con el inodoro y enseñarles hábitos de higiene. Previamente, si les hemos  ido explicando qué es lo que han hecho (pipí o caca) cuando les quitamos el pañal, les ayudamos a discriminar.
Existen una serie de indicadores de que un niño está preparado para aprender a dejar el pañal:
Entiende cuando le hablamos
Sabe andar y sentarse en el orinal
Discrimina  pipí y caca
Exterioriza cuándo quiere ir al baño encogiéndose, gruñendo...
Regulariza sus horas de evacuar
Sabe subirse y bajarse los pantalones
Le interesa ir al baño cuando van otros familiares 
Quiere quitarse el pañal cuando está sucio
Comienza a decir  que puede hacerlo solo

Podemos motivar a los niños  en este proceso diciéndoles que se “hacen mayores” y dejándoles elegir su nueva ropa interior o un orinal que les guste. Si asisten a la guardería, conviene hablar con los educadores para que exista  concordancia casa-escuela.
El método  progresivo consiste en estos pasos:
Se  quita el pañal y se le pone en el orinal un tiempo cada día (2-3 minutos), después de las comidas.
Si no hace nada, no le damos mayor importancia.
Si  hace algo en el orinal hay que reforzarle: abrazos, besos,  decirle que lo ha hecho muy bien
Si no llega a tiempo, no enfadarse ni  gritar: asumir que durante una temporada va a hacerse pipí encima a veces. Lo limpiamos y le decimos que la próxima vez tendrá que avisar antes.
Cada hora recordamos que hay que ir al baño y alargamos los tiempos conforme va aguantando más. 
Cuando no le tiene miedo al orinal y pasa más tiempo con el pañal seco, es el momento de quitárselo.
Debemos estar una semana o dos a tiempo completo con él para que pueda identificar las señales para ir al orinal (emplear las vacaciones).   
En todo este proceso es importante que el niño use ropa cómoda y fácil de quitarse o ponerse por sí mismo: evitar petos, monos o bodies y usar pantalones de cintura elástica, faldas o vestidos sin medias. 
Podemos emplear como técnica  de  motivación una tabla-calendario  y pegatinas. Si evacúa en el orinal pone una pegatina en el día correspondiente y le damos besos y alabanzas. Al final del día, se hace  recuento de cuántas pegatinas ha conseguido pegar. Si no  ha hecho en el orinal pipí ni caca, no le decimos nada o le decimos que mañana lo hará mejor.
A veces los niños tienen miedo de las situaciones nuevas. Si no quiere sentarse en el orinal, trataremos de desdramatizar ese momento utilizando el juego como recurso: nos sentaremos en el orinal  todos por turnos: el osito, mamá, papá…etc. O nos llevamos un cuento para que se siente con nosotros a leerlo. Nunca debe imponerse bruscamente algo que al niño le causa rechazo: la aproximación gradual es más lenta pero da mejores resultados.
Quitaremos el pañal de noche cuando veamos que ya controla de día. Normalmente a las dos semanas ya ha tenido un entrenamiento suficiente. Los pasos a dar son:
Animarle a beber agua durante el día.
A partir de las 19.30h  evitar darle agua salvo que  la pida. 
Debe hacer pipí antes de ir a dormir y en cuanto se levanta por la mañana.
Una vez que lo/a acostamos, cada hora hasta las 24:00 podemos preguntarle si tiene ganas de hacer pipí. En caso afirmativo, lo pondremos en el orinal para que haga pipí rápido y continúe durmiendo.
Como en cualquier otro aprendizaje infantil, para tener éxito en el que nos ocupa en este artículo hay dos recetas infalibles: amor y paciencia. El acompañamiento que los padres hacemos de nuestros hijos hasta su madurez debe ser, ante todo, una experiencia agradable.


Carolina Santamaría Abadía
Hospital de Begoña
Avda. Pablo Iglesias nº 92 Gijón
Tel: 637 51 39 24
carolinasantamariapsicologa@gmail.com